Pete ha dirigido CrossWalk durante más de 20 años, convirtiéndolo en un espacio orientado a la comunidad y al servicio, donde todos son realmente bienvenidos. El campus de CrossWalk bulle la mayor parte del tiempo como centro de recuperación, servicio comunitario, reuniones de organizaciones comunitarias y, cuando es necesario, como el primer refugio de evacuación en abrir y el último en cerrar. Como comunidad de fe, Pete lleva a la iglesia a ser una voz a favor de la igualdad y la equidad para todos, y ha hecho bien conocida su inclusión de la comunidad LGBTQ. Las cuestiones de justicia social también están en el corazón de los CrossWalkers, que dedican su tiempo y dinero a llevar esperanza a muchos que luchan a nivel local y mundial.
